Escrito por Enrique Antonio De Luque Palencia
El aislamiento obligatorio colabora con la ansiedad, aviva los sentimientos, aflora las remembranzas y te obliga a reflexionar; pasamos de las actividades comerciales tradicionales, de los abrazos y besos, a la inmersión al mundo tecnológico, estamos abocados a socavar en el mundo digital para encontrar en él las oportunidades que este nos está brindando.
El cambio es impajaritable en el interior del ser, como en su entorno, paradójicamente hoy estamos produciendo menos y respirando un aire más puro; han bajado los indicadores de la contaminación, la naturaleza se recupera, respira libremente de su mayor depredador, la situación nos ha develado lo frágiles que somos, como también la agilidad que tenemos para adaptarnos y reinventarnos; una respuesta obligada al cambio radical al que nos vimos sometidos.
La historia que hoy se escribe, con lágrimas en los ojos por el dolor que produce observar desde la impotencia del confinamiento, los cuadros desgarradores de narraciones de empresas en quiebras, personas implorando por comida, el panorama desolador del como la muerte se nos aparece (COVID 19) y frente a ella nos mostramos indefensos, por no tener aun la capacidad de robarle la vida a ésta y su decisión de acabar con ella.
Hablaremos muy pronto de un antes y un después, en donde nos transformamos, mutamos, otra será nuestra esencia, se reflejará en la manera de pensar, actuar, la relación con la madre tierra, la interacción entre los seres actuante en el globo terráqueo. ¿Cómo será la competitividad y la nueva manera de producir de las empresas? ¿seremos más solidarios o más agresivos? ¿más humanizados o más materializados?
Cuando todo esto pase, en el momento que regresemos a la normalidad dejaremos en el pasado muchas de nuestras actuaciones, para tener nuevas reacciones, encontraremos entonces, empresas que se transformaron y no tendrán retorno, familias que fortalecieron los lazos de sentimientos inquebrantables, cuando todo eso pase, espero que gritemos al unísono que la historia está escrita para no repetirla, vamos a escribir esta vez para dejar una huella y romper con ese paradigma.
Vamos escribirla para dejar como ejemplo, lo que se debe hacer: actuar con responsabilidad, tener paciencia y no salir de casa, para de esta manera, ser referentes colectivamente e individualmente; la manera como sorteamos la situación, la crisis, el caos, sin arrodillarnos, realizamos una transmutación para sobrevivir, paramos, pero no nos derrotamos, suspendimos para reinventarnos.
Lo que viene ahora es la reactivación de todos los sectores económicos para continuar; depende entonces de nosotros el éxito o no, es una decisión individual que impactará en lo colectivo. Bienvenidas hoy más que nunca la creatividad y la innovación, sobre todo el espíritu emprendedor que habita en cada ser.
Es muy cierto todo lo dicho en el escrito, la situación actual nos ha hecho mantenernos a la espectativa, todos los dias estamos esperando una buena noticia que nos diga como a avanzado el tema del COVID y como tienen pensado el gobierno seguir con los protocolos de seguridad para poder salir de esto lo mejor posible. Aunque esto es estresante, nos a hecho estar más apegados a nuestras familias y a convivir mejor con ellos, y nos hacer entenderlos y ser unirnos; y no todo es negativo, a los empresarios, emprendedores y estudiantes les ha servido, ya que nos ha brindado un tiempo muy amplio para poder desarrollar nuestra creatividad y empezar a crear e innovar en nuestras vidas y proyectos.
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