Sin ti

Sin ti, mi vida se llena de penas y de dolor,
como la flor que muere, esperando al colibrí,
como las tardes que se desvanecen sin sol.
Sin ti, mi alma se marchita en tristeza y dolor,
al despertar a tu traición, abriendo una herida sin colmillo.

Cada amanecer se torna gris y sin esperanza,
mi corazón naufraga en las olas del desamor.
Mis lágrimas, como un río interminable, me arrastran,
mientras el dolor se enreda en cada latido de mi ser.

Nuestro amor, que una vez fue un río caudaloso,
se desvanece entre sombras y espejismos.
La pasión efervescente se transforma en ausencia,
y los juramentos de eternidad se convierten en mentiras.

Por mucho que busque, no hallo consuelo en la distancia,
mis labios anhelan el sabor de tus besos robados.
En cada rincón de mi ser, solo encuentro tu recuerdo,
como un eco triste resonando en mi soledad.

Pero, aunque mi corazón se debilite y sangre,
aún lucharé contra el vacío que tú dejaste.
Encontraré la fuerza para sanar mis heridas,
y renaceré de las cenizas, como un ave fénix.

Sin ti, aprenderé a caminar sin tropezar,
a vivir sin depender de tus engaños.
Aprenderé que el amor propio es el antídoto,
que cura todas las cicatrices y renueva la esperanza.

Así que, aunque me hieras con tu indiferencia,
no me dejaré caer en el abismo del desamor.
Porque sin ti, descubrí que la verdadera fortaleza,
radica en amarse a uno mismo, con pasión y fervor.

Escrito por Enrique Antonio De Luque Palencia