Escrito por Diana Carolina García
Hoy es una de esas noches en que le pido permiso a tu recuerdo para extrañarte solo un poco, para extrañar esos días que creí nunca iban a terminar.
Déjame abrazarte desde esta infinita ausencia y este jodido dolor que me ha matado en todas las vidas que quizá existan.
Muy a menudo cometemos el estúpido error de dejar de vivir ahora para vivir después y sucede que después ya no estamos, ya no somos, ya nos hemos vuelto solo en espejismo de amor.
Y duele sabes, aún duele aceptar que ya no queda ni una pizca de aquel amor que algún día llegamos a sentir.
La muerte hace referencia a eso que ya no existe y hoy con mis venas llenas de dolor pero sin lagrimas que derramar, me toca aceptar que ya todo murió, que ya nada queda.
Podemos vivir tantas vidas en una sola… y entiendo que el día que borramos la coma y pusimos punto final a nuestra historia,
comenzó una nueva aventura para ambos.
Déjame extrañarte una vez más envuelta entre mis sábanas empolvadas de olvido.
Déjame decirte en mis sueños que nada de esto lo planee, que yo también lloré y yo también quise enloquecer.
No se cuantas noches más me iré a sumergir en el océano de este pasado, pero lo haré cuantas veces sean necesarias con tal de arrancarte de mí de raíz.
Ojalá alguien nos hubiese advertido lo caro que es el precio del amor en ocasiones.
Déjame extrañarte hoy, un poco mañana y ya después ahí veremos.
Sólo debo aclararte que no deseo volver ni que vuelvas, sólo necesito tener estos pequeños escapes de la realidad para seguir siendo fuerte.
Tú, solo déjame extrañarte en las noches.