La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), reconoció, el Sistema de Conocimiento Ancestral de los cuatro pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta: Kogui, Wiwa, Arhuaco y Kankuamo como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. El anuncio fue hecho en el marco de la sesión número 17 del Comité Intergubernamental de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco que se realizó en la capital de Marruecos.
“Hoy la Unesco reconoce los Conocimientos Ancestrales de la Sierra Nevada. El Ministerio de las Artes, las Culturas y los Saberes reconoce a estas cuatro comunidades como maestros y maestras de la naturaleza y el agua. Ellos nos están enseñando a nosotros sus hermanos menores una nueva relación de sabiduría con el agua, la naturaleza, la tierra y también con los seres humanos”, afirmó la ministra de Cultura, Patricia Ariza.
Y agregó que: “Desde aquí, desde Bogotá, saludo a los cuatro pueblos de la Sierra Nevada que se encuentran en este momento en Marruecos donde se está haciendo la declaración universal de reconocimiento a los saberes de estos cuatro pueblos. Ustedes estimados compatriotas, compañeros, amigos de los cuatro pueblos, hombres y mujeres nos están enseñando a respetar el agua, nos están enseñando una espiritualidad como la llaman ustedes necesaria para cambiar el mundo y las relaciones humanas con la naturaleza. Gracias por lo que son”.
Con el liderazgo de los cuatros pueblos indígenas de la Sierra Nevada y el acompañamiento técnico del Ministerio de Cultura, el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes Mi CASa; el Ministerio de Relaciones Exteriores y el decidido apoyo de la Gobernación del Magdalena, se trabajó el expediente presentado a la Unesco para solicitar la inscripción en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El Sistema de Conocimiento Ancestral que abarca los mandatos sagrados que sustentan la existencia de estos cuatro pueblos en armonía con el universo tanto físico como espiritual, se basa en la Ley de Origen, la cual contiene diversos códigos de enseñanza, aprendizaje y comportamiento.
La Ley de Origen se materializa en la Sierra Nevada en el calendario ecológico, los sitios sagrados, los rituales de bautizo, el matrimonio y los pagamentos (retribuciones) a los poderes espirituales que se expresan en las plantas y animales. Igualmente, los bailes y danzas tradicionales son otras formas de comunicación espiritual con cada uno de los elementos de la naturaleza como lo establece la Ley de Origen. Esta sabiduría ancestral juega un papel fundamental para garantizar la protección del ecosistema de la Sierra Nevada y evitar la pérdida de la identidad cultural de los cuatro pueblos.
“Esencialmente, estos conocimientos enraizados en el conocimiento del universo, en el conocimiento de la tierra, en el reconocimiento del otro, aunque sea distinto, ese espíritu de ese ser del conocimiento que tenemos que se convierte en cultura, en identidad es el fondo realmente de nuestra forma de ser”, subrayó la embajadora Representante Permanente de Colombia ante la Organización de las Naciones Unida (ONU) e indígena arhuaca, Leonor Zalabata.
Por su parte, el Cabildo Gobernador del pueblo Kankuamo, Jaime Arias destacó que: “Los Pueblos Kogi, Aruhaco, Wiwa y Kankuamo desde la Ley de Origen tenemos el legado de cuidar el corazón del mundo y la vida en el universo. Nuestro principio de unidad espiritual con la naturaleza, los seres que equilibran la vida, protegen nuestros sistemas de espacios sagrados y el territorio ancestral. Nuestra responsabilidad es transmitir este conocimiento a las nuevas generaciones. Nuestras autoridades espirituales (mamos) hacen el llamado al mundo a repensar esta relación que conlleve a la paz total con la naturaleza”.
“Hoy la Unesco reconoce los Conocimientos Ancestrales de la Sierra Nevada. El Ministerio de las Artes, las Culturas y los Saberes reconoce a estas cuatro comunidades como maestros y maestras de la naturaleza y el agua. Ellos nos están enseñando a nosotros sus hermanos menores una nueva relación de sabiduría con el agua, la naturaleza, la tierra y también con los seres humanos”, afirmó la ministra de Cultura, Patricia Ariza.
Y agregó que: “Desde aquí, desde Bogotá, saludo a los cuatro pueblos de la Sierra Nevada que se encuentran en este momento en Marruecos donde se está haciendo la declaración universal de reconocimiento a los saberes de estos cuatro pueblos. Ustedes estimados compatriotas, compañeros, amigos de los cuatro pueblos, hombres y mujeres nos están enseñando a respetar el agua, nos están enseñando una espiritualidad como la llaman ustedes necesaria para cambiar el mundo y las relaciones humanas con la naturaleza. Gracias por lo que son”.
Con el liderazgo de los cuatros pueblos indígenas de la Sierra Nevada y el acompañamiento técnico del Ministerio de Cultura, el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes Mi CASa; el Ministerio de Relaciones Exteriores y el decidido apoyo de la Gobernación del Magdalena, se trabajó el expediente presentado a la Unesco para solicitar la inscripción en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El Sistema de Conocimiento Ancestral que abarca los mandatos sagrados que sustentan la existencia de estos cuatro pueblos en armonía con el universo tanto físico como espiritual, se basa en la Ley de Origen, la cual contiene diversos códigos de enseñanza, aprendizaje y comportamiento.
La Ley de Origen se materializa en la Sierra Nevada en el calendario ecológico, los sitios sagrados, los rituales de bautizo, el matrimonio y los pagamentos (retribuciones) a los poderes espirituales que se expresan en las plantas y animales. Igualmente, los bailes y danzas tradicionales son otras formas de comunicación espiritual con cada uno de los elementos de la naturaleza como lo establece la Ley de Origen. Esta sabiduría ancestral juega un papel fundamental para garantizar la protección del ecosistema de la Sierra Nevada y evitar la pérdida de la identidad cultural de los cuatro pueblos.
“Esencialmente, estos conocimientos enraizados en el conocimiento del universo, en el conocimiento de la tierra, en el reconocimiento del otro, aunque sea distinto, ese espíritu de ese ser del conocimiento que tenemos que se convierte en cultura, en identidad es el fondo realmente de nuestra forma de ser”, subrayó la embajadora Representante Permanente de Colombia ante la Organización de las Naciones Unida (ONU) e indígena arhuaca, Leonor Zalabata.
Por su parte, el Cabildo Gobernador del pueblo Kankuamo, Jaime Arias destacó que: “Los Pueblos Kogi, Aruhaco, Wiwa y Kankuamo desde la Ley de Origen tenemos el legado de cuidar el corazón del mundo y la vida en el universo. Nuestro principio de unidad espiritual con la naturaleza, los seres que equilibran la vida, protegen nuestros sistemas de espacios sagrados y el territorio ancestral. Nuestra responsabilidad es transmitir este conocimiento a las nuevas generaciones. Nuestras autoridades espirituales (mamos) hacen el llamado al mundo a repensar esta relación que conlleve a la paz total con la naturaleza”.
“Desde el gobierno territorial del Magdalena hemos acompañado a los pueblos indígenas de la Sierra en el reconocimiento de sus saberes ancestrales. Ellos nos inspiran y aportan a la lucha por al cambio y la transformación social que impulsamos en nuestra región, para construir un país más justo, incluyente, con oportunidades colectivas, que se reconozca en la diversidad cultural. Invitamos a profundizar en su conocimiento en un diálogo de saberes con ellos, este jueves 6 pm salón del bureau”, precisó el gobernador del Magdalena, Carlos Eduardo Caicedo.
Asimismo, precisó que cuando se habla de la Sierra Nevada de Santa Marta como el corazón del mundo es porque “es un motor con capacidad de sostener un territorio y sostener culturas distintas”.
“Esta inscripción en la Lista representativa es el resultado de un proceso de 10 años, un proceso participativo integral y de unidad. Integral en términos de patrimonios integrados porque si bien estamos hablando de un sistema de conocimientos tiene un relacionamiento con la defensa del territorio, del patrimonio material y con el patrimonio mueble de objetos sagrados, entonces nos está haciendo un llamado a la integralidad de cultura con natura, de la conservación de la biodiversidad”, destacó viceministra (e) de Fomento Regional y Patrimonio, Adriana Molano.
La embajadora Leonor Zalabata preside la delegación de Colombia en el 17.COM, la cual está integrada por cuatro representantes de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada: Cabildo Gobernador del pueblo Kankuamo, Jaime Arias; y los representantes del equipo dinamizador de los pueblos Sonia Ati Gundiwa (arhuaca); Eriberto Mejía (wiwa) y Juan Alberto Gil (kogui), respectivamente; la viceministra (e) de Fomento Regional y Patrimonio, Adriana Molano; la coordinadora del Grupo de Patrimonio Cultural Inmaterial, Ana María García; el gobernador del Magdalena, Carlos Eduardo Caicedo y Carlos Regalado, parte de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Nacional de Cooperación con la UNESCO que ejerce el Ministerio de Relaciones Exteriores. De igual manera, participa el jefe de la misión de la Embajada de Colombia en Marruecos, José Renato Salazar.
Más sobre el Sistema de Conocimiento Ancestral de los cuatro pueblos de la Sierra Nevada de Santa Marta: Kogui, Wiwa, Arhuaco y Kankuamo
El cumplimiento del mandato de la Ley de Origen del Sistema de Conocimiento Ancestral de la Sierra Nevada de Santa Marta se convierte en un elemento cohesionador de toda la comunidad, ya que niños, jóvenes, adultos y ancianos participan de manera colectiva y recíproca en su aplicación. En ella, los cuatro pueblos reviven su misión en el mundo: promover el relacionamiento con el territorio como una unidad sagrada. Una relación espiritual, histórica y donde los pueblos encuentran su trascendencia en la vida.
El reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la humanidad del Sistema de Conocimiento Ancestral de la Sierra Nevada de Santa Marta por parte de la Unesco, permitirá impulsar la valoración y respeto hacia los pueblos indígenas, por su aporte invaluable en la conservación de este territorio vital para Colombia y el mundo.